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jueves, 23 de abril de 2015

CULTURA URBANA HIPSTER


De una u otra forma, todos formamos parte de una tribu. Todos nos identificamos con un determinado grupo social en el cual hemos crecido. Así nacen todas las identidades culturales influenciadas por el mundo que nos rodea.
Este es un fenómeno que divide a la opinión pública entre las personas con una mentalidad liberal y aquellas que se rigen por lo tradicional.
Definitivamente es una gran realidad que el entorno influye en la mentalidad de los jóvenes, que siempre están en busca de una identidad que los destaque ante los demás.

Los tiempos van cambiando, las modas, usos y costumbres llevan su ritmo y de esa manera nos marcan pautas en el diario vivir. Algunas cosas se quedan en lo que fue su época, su moda, otras se inventan y tienen éxito por su originalidad, otras más regresan y algunas se mezclan, dando un resultado interesante de culturas y subculturas. Tal es el caso de la cultura Hipster.



 

¿Qué significa Hipster? ¿Qué es la cultura Hipster? ¿Dónde surge la cultura Hipster? ¿Está de moda ser Hipster? ¿Cuáles son las características de los hipster?


¿Qué significa Hipster?

Hipster deriva de la palabra “hip” que, en los años 40’s, los músicos de jazz usaron para describir a cualquiera que conociera sobre la subcultura afroamericana. Los miembros de esa subcultura fueron llamados “hepcats”, término que hoy en día se conoce como Hipster.

¿Qué es la cultura Hipster?

La cultura Hipster se conoce como una subcultura contemporánea, quienes están inmersos en esta cultura intentan destacar por tener un sello individual en su personalidad, forma de vida, manera de vestir, tratan de estar fuera de la moda por eso se les identifica como grupo o tribu.
Son considerados como una corriente silenciosa, una tendencia que busca destacar para no ser considerada como tal, pero tiene muchos seguidores que se identifican con su significado.
Se les conoce como subcultura porque es una generación de jóvenes que nace en los 80´, hijos de los yuppies y nietos de los hippies, pero con su base en los 40’s en la música del jazz.
Los hipsters de esa época eran seguidores de los creadores de la bohemia, relacionados con la cultura gitana y tenían un modo de vivir con una escala de valores diferente a la de la sociedad burguesa. Imitaban a los negros jazzeros en su forma de vestir, en su humor sarcástico, la jerga, la actitud relajada, la pobreza auto impuesta y la libertad sexual. Todo ello sumado a una ideología de izquierda que causó un gran impacto en su momento.
Hoy en día también se les conoce como “los alternativos” o “anti-moda”, moda urbana de clase media o alta.
En la cultura juvenil, el termino hipster usualmente se refiere a personas jóvenes con cierto gusto por el rock independiente, el skateboarding y otros deportes urbanos, un sentido irónico de la moda o una u otra manera de estilo "bohemio". Son típicamente asociados con la cultura alternativa, particularmente música alternativa, cine independiente o cualquier otra forma de música o cultura non-mainstream, indumentaria sacada de ventas de saldos y ropa usada, comida orgánica, beber cerveza local, escuchar radio pública u otras elecciones de consumo no habituales.
Los hipsters contemporáneos son mayormente asociados con un gusto general por la búsqueda intelectual, con un aprecio irónico de las clases inferiores y las subculturas.

¿Dónde surge la cultura Hipster?

La cultura Hipster surge en los Estados Unidos en los 40’s, con el movimiento del jazz y la cultura que se comienza a formar la afroamericana.

¿Está de moda ser Hipster?


El hipster, como otros grupos o tribus, presenta en su forma de vestir y comportarse ciertas características que los hace reconocibles a quienes buscar unirse y se considerado hispter.
El look del hipster está balanceado entre el del nerd y el del yuppie y puede ser aceptado en cualquiera de estos ámbitos.
El hipster combina la intelectualidad de unos con la imagen popular de los otros.
Los hipsters idealizan la precariedad, como el reflejo de una vida bohemia y desinhibida, opuesta a la superficialidad.
Es común ver que los hipsters encuentren su indumentaria entre la ropa usada o en los saldos.
El arreglo personal, respecto al corte de cabello, es también básico. El estilo debe ser limpio pero casual, con cortes convencionales casi sin peinar. El corte de pelo es una forma de llevarle la contra a los estilos distintivos de las otras tribus urbanas como son las rastas, los cortes rapados o los penachos punk. Llevar el cabello sin peinar sirve para indicar el rechazo a los convencionalismos del resto de la sociedad.
Lentes oscuros y el accesorio imprescindible, las mochilas o bolsas de tela, son distintivos de los hipsters.
Entre sus cosas llevaran libros y revistas hasta laptops, cámaras digitales o implementos de dibujo, ya que generalmente el hipster auténtico tiene algún tipo de inclinación artística.
En el aspecto de la salud, los hipsters también tienen un estilo diferente. Está consciente del daño que hacen el tabaco, el alcohol o las drogas, por lo que los evita y no fomenta su uso, a diferencia de otras tribus urbanas.
De hecho, los hipsters más comprometidos tienen hábitos vegetarianos, ya sea por convicciones de salud o por apoyo a los derechos de los animales.
Por su perfil cultural, los hipsters no suelen frecuentar bares y prefieren las cafeterías. El café para ellos fomenta el arte de la conversación.
Los hipsters no van al gimnasio ni hacen ejercicio obsesivamente, rechazan la superficialidad.

Con toda seguridad se podrá llegar a cualquier cafetería o una librería, en donde se da la charla y el conocimiento, seguro hay un hipster.
 (Todas las tribus urbanas blogspot, 2015)





HISTORIA





1940-1950 Originario de los estados de Mississipi, Louisiana, Alabama Y Georgia Hípster deriva de la palabra «hip». En los años cuarenta, los músicos de jazz  usaban la palabra «hip» para describir a cualquier conocedor de la emergente subcultura afroamericana, lo cual incluía saber de jazz. Los miembros de esta subcultura fueron llamados «hepcats», un término que luego se transformó en la palabra hípster. El primer diccionario en listar esta palabra fue el pequeño glosario For characters who don't dig jive talk (el término jive se refiere a la jerga de los músicos de jazz), publicado en 1944 junto con el álbum Boogie Woogie In Blue del pianista Harry Gibson, quien actuó como Harry el Hipster. La entrada acerca de los hipsters los definía como ‘personas que gustan del hot jazz’. Al ser una subcultura, este término abarca diferentes concepciones que generalizan la manera de llamar a los movimientos sociales de carácter intelectual del siglo XX en adelante.
En el libro Jazz Scene (1959) de Eric Hobsbawm (utilizando el seudónimo Francis Newton) describe a los hípsteres como dueños de un lenguaje propio, las todas partes... personas de una especial espiritualidad.
En el nuevo milenio el término se usa para describir la tendencia hacia lo alternativo o la anti moda, una subcultura o moda urbana enraizada en las clases medias o clases altas, compuesta por gente joven moviéndose de sus barrios al centro de la ciudad. En la cultura juvenil, hípster usualmente se refiere a personas jóvenes con gusto por la música alternativa, el skate boarding u otros deportes urbanos, con un sentido irónico de la moda o una u otra manera de estilo «bohemio».
Son generalmente asociados con la cultura alternativa, en particular la música alternativa, incluyendo el indie rock, el denominado post-rock, la música electrónica, el rock progresivo de la nueva era y la música experimental, el gusto por el cine o cualquier otra forma de música o cultura no mainstream, indumentaria sacada de ventas de saldos y ropa usada, comida orgánica, el consumo de la cerveza local, la escucha de la radio pública, u otras elecciones de consumo no habituales. Suele frecuentar cafés culturales, bares pequeños o restaurantes acogedores y sus áreas de trabajo son las creativas, humanas o tecnológicas.
En 2003, el libro de humor satírico de Robert Lanham The Hipster Handbook afirmó que los hípsteres son gente joven con cortes de pelo como The Beatles, portando bolsos estilo retro y zapatos de plataforma, hablando por celular, fumando cigarrillos europeos, y con una biografía del Che Guevara.
El término hípster también es considerado un estereotipo que fue eclipsando a la verdadera cultura indie, lo que provoca que se cree un estigma del que ellos quieren escapar para poder presentar libremente su arte.

Recientemente en España se ha convertido en una corriente de moda que como otra cualquiera es seguida por un grupo amplio de gente que adopta los estilos que cada año se marcan "a la última". En 2013 fueron los bigotes y desde 2011 la tendencia son las barbas en lo que se ha acuñado despectivamente como la "Rajoy Youth". En su mayoría son la evolución de la gafa pasta, corriente que también adoptaba una moda anual al unísono.  Otro ejemplo de híspter es Sophie, personaje del web cómic colombiano Living With Hipster Girl and Gamer Girl por el ilustrador Jago, cuyas aficiones son la fotografía, las redes sociales y la crítica social.
(wikipedia, 2015)



BOGOTA Y LA CULTURA HIPSTER







En La Candelaria, Usaquén, Chapinero y Teusaquillo habitan los hipster. Es la tendencia más clásica de las nuevas que existen. Se trata de un movimiento conformado por jóvenes y adultos de clase media-alta influenciados por el jazz, la música alternativa y el cine europeo.
Esta movida, que nació en los años 40 Y 50 en Estados Unidos, llegó al país  y conquistó a una generación de jóvenes.

El periodista norteamericano Douglas Haddow dijo hace tan sólo dos años que la movida hipster era el fin de la civilización. Lo dijo sin titubear, luego de realizar una exhaustiva investigación de lo que significaba esta tendencia. Llegó a esa conclusión después de percibir un gran vacío en los hipsters, quienes nutren su apariencia y sus perfiles de las redes sociales de referentes culturales, de símbolos de otros movimientos o de sucesos de la historia sin identificarse realmente con alguno.
Detrás de ellos no hay ninguna ideología, sólo una búsqueda incesante de elementos estéticos que los hagan más interesantes. No les interesa defender ninguna causa, simplemente disfrutar de lo que ellos llaman buena música, de descubrir nuevas tendencias y de encontrar lo bello en cada una de sus creaciones, que comienzan por su vestimenta.
Por eso, cada uno con sus botas Dr. Martens (aquéllas de estilo minero de colores y diseños, provenientes  del movimiento punk), sus enormes gafas que parecen sacadas de los armarios de las abuelas, su mezcla de ropa de última moda y prendas encontradas en los mercados de pulgas, termina siendo sólo eso. Un accesorio sobre otro, el gusto por grupos musicales que casi nadie conoce, la necesidad de asistir a eventos exclusivos que se publicitan entre unos pocos, los hip, los cool, los que sí están a la moda.
Casi ningún hipster admite que lo es. Un poco incómodos con la pregunta por su identidad responden que les gusta escuchar música y preocuparse por vestirse bien. “Además, qué tienen de malo los pantalones entubados, y si necesito usar gafas, por qué no ponerme unas bien bonitas”. Siempre hay una excusa para justificar su comportamiento acorde con la palabra “hipster”, que viene de la movida relacionada con el jazz de los años 40 y 50 en los Estado Unidos.
En ese entonces, el término hacía referencia a aquellas personas que les gustaba el jazz atrevido. La mayoría eran jóvenes blancos de clase media que imitaban el estilo de vida de sus ídolos musicales afroamericanos. Pero a finales de los 90, lo hipster describía a quienes tenían un interés por ir adelante de todas las tendencias. Camo, un fotógrafo colombiano especializado en moda, explica que la cultura hipster surgió en Williamsburg, una pequeña ciudad de la costa este de los Estados Unidos, en donde los jóvenes de clase alta se volvieron famosos por estar a la vanguardia.
Hace algunos años esta cultura llegó con fuerza a nuestro país y conquistó a toda una generación entre los 17 y 25 años que tiene la posibilidad de viajar, gastar en ropa y que adora las fiestas de electrónica experimental. Muchos son diseñadores, artistas, cineastas, fotógrafos. Lo importante es compartir un interés por lo estético. La mayoría de sus pintas evocan modas de otras épocas. Pantalones de bota recta que muchas veces suben hasta la cintura, camisas con hombreras, saquitos de lana, boinas, gabardinas de colores, medias veladas de diseños con faldas diminutas, tocados o diademas de plumas de pavo en sus cabezas y relojes dorados marca Cassio, como los que se usaban en los 70, hacen inevitable voltear la cabeza cada vez que alguno de ellos pasa por la misma acera.
Claro que eso no es algo que suceda todos los días. Los hipsters aman la exclusividad, así que los lugares en donde se sienten a gusto son desconocidos para quienes no forman parte de esta tendencia. Sin embargo, cada dos meses muchos de ellos se reúnen en el Parque de El Chicó para exhibir sus creaciones. La feria Las Puertas del Cielo se ha convertido en la pasarela perfecta para apreciar, en medio de árboles, rodaderos y columpios, sus diseños, su originalidad, su estilo. Andrea Arbeláez cuenta que Las Puertas nació como un espacio que busca marcar la diferencia.
Los objetos que se venden parecen sacados de un mercado de antigüedades, aunque cada uno tiene un sello personal que lo hace atractivo y único. Están los llaveros de tela en forma de galleta de jengibre, los sombreros con llamativos tocados, las plantas carnívoras, los sofás hechos con dardos dañados, los zapatos de cordones amarillos y rojos con un salpicado de negro, los conejos gigantes de peluche, los teléfonos con forma de cuerno y los prototipos de las primeras neveras que llegaron al país.
El ambiente es muy familiar. Todos se conocen con todos, se ríen, se ayudan, y cantan o bailan al ritmo de una banda invitada que ameniza esas tardes de domingo. La rumba de los hipsters también es bastante particular. No van a sitios concurridos que estén a la moda. Prefieren descubrir lugares que prometen ser los más cotizados, pero que hasta ahora están comenzando a darse a conocer como Le Cok y, hace varios meses, Armando Records. Cuando el sitio adquiere popularidad pierden el interés y buscan nuevamente en dónde divertirse.
Douglas Haddow cree que todo este esfuerzo por no caer en los estereotipos es el síntoma de una generación desinteresada, sin ideologías, que busca siempre la manera de destacarse.
(el espectador, 2015) (el tiempo, 2015)




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